lunes, 13 de febrero de 2012

Punta Arenas - Ushuaia (Brecknock) 4ta.parte

ISLA AGUIRRE


La isla Aguirre fue un lugar anhelado ya hacía varios días. Por fin habíamos llegado, esto hacía pensar que ya no tendríamos que luchar en contra del viento, entrábamos en otra etapa de la travesía, el Cockburn ya era historia.

Llegamos con buen tiempo, es decir, increíblemente no estaba lloviendo. Ideal para dejar nuestras cosas arriba de las piedras, así al menos mínimamente secarían un poco.
Una vez acomodados repasamos brevemente la jornada y evaluamos lo bueno y lo malo de la flota. Esto era necesario para encarar otras dificultades que podrían aparecer en el agua en los próximos días.


UN MERECIDO BAÑO
Plantamos nuestro campamento sobre el canal Ocasión, y vimos aquí un barquito reparando balizas.
Hace tiempo no teníamos contacto visual con gente, si bien estaban lejos, se podían ver sus siluetas sobre la cubierta. Ellos, imagino, igual nos vieron,pero no mantuvimos ningún tipo de contacto, sólo esperábamos una señal de reojo.En nuestro deseo por otro tipo de comida nos imaginábamos que dentro de ese barco habría un lindo banquete gastrónomico, queríamos abordarlo e ir por el preciado botín que sólo estaba en nuestras cabezas...


La elección del lugar fue dejada una vez más en manos de Fernando, quien siempre bajaba primero y analizaba lo bueno y malo del lugar.Como claro aspecto positivo, éste lugar particularmente tenía un río muy lindo. Esta bajada de agua dulce además de proveernos de líquido, nos sirvió esa tarde para pegarnos un buen baño después de nueve hermosos días acompañados por nuestra fragancia natural.
 Fernando dió el puntapie y se metió sobre un bajo remanso del río. La operación consistía en meterse en bolas de una, salir, enjabonarse y volver a entrar para enjuagarse. Una buena lavada de "canaleta" le hizo muy bien al espíritu ese trabajoso día.


A la mañana siguiente seguimos el canal Ocasión hasta el final de la isla Aguirre, enfrentamos por última vez el viento en contra del oeste. Al ser éste uno de los últimos encuentros, ya no representaba un problema. Todo se remitió a remar duro hasta llegar al final del seno Término y luego encauzar el canal Brecknock, éste ya lo hicimos con un lindo viento de través, pero que nos ayudaba mucho a encarar el sur.

VUELCO Y ROLL

Tanto nos ayudaba el viento que invitaba a jugar, las barrenadas se hicieron comunes a partir de aquí. Javier era el más entusiasta.  En una de éstas, por algún descuido el volcó y resolvió perfectamente con el roll. Lo más rescatable aparte de asistirse por sí solo, fue que la técnica fue empleada desde el lado más débil para un diestro. Esto confirmaba el buen trabajo previo que se había efectuado para encarar este tipo de viaje, el vuelco no tuvo mayor repercusión en la jornada, al haber sido resuelto eficazmente por Javier.

El viento permanente nos hacía viajar velozmente, esto era la contracara de lo que habíamos vivido en Cockburn, por momentos aún nos costaba creer que había dejado atrás ese canal.


FERNANDO DE "MAGALLANES" 

"Le erramos hay que volver" (Fernando)

Al dejar atrás el seno Término encaramos los islotes Nelson. Aquí nos confundimos con el GPS y encaramos hacia la isla Gabriel, cuando en realidad deberíamos haber seguido el canal Brecknock.

Una vez que estábamos llegando a la isla Gabriel, Fernando nos gritó que había que volver, ya que estábamos fuera de la ruta marcada, esto implicaba encarar hacia el norte y dar vuelta la isla Georgina, algo muy difícil, ya que teníamos que lidiar con un viento de costado muy fuerte que levantaba rachas peligrosas, y a la vez aportaba mucho desgaste físico a la maniobra.

Una vez tras la isla deliberábamos qué hacer, hasta que pudimos ver en nuestras cartas que, las islas Georgina y Clementina estaban divididas por un insignificante canal, que era lo más parecido a un río.

Asi que ahí nomás sobre la marcha Fernando tomó la punta y encaró en busca de la entrada. Efectivamente era viable el paso angosto, una vez adentro nos sirvió para resguardarnos del viento; este río salado era bajo y tuvimos que portear dos veces los kayaks.

Salimos de ahí y nos encontramos con unos hermosos islotes de piedras. Increíblemente había salido el sol y le imprimía al paisaje más belleza aún.

Hacia el sur la inmensidad del Océano Pacífico; al noreste la isla Basket, hacia allá encaramos. 
Había movimiento de mar que nos amacaba desde el sur, también en el cruce tuvimos algunas rachas imprevistas de viento que levantaban el spray, y nos obligaban a planchar el agua con nuestros remos.

Después de un buen período de remo pudimos doblar la punta de isla Basket llamada Cádiz, estábamos de vuelta en el canal Brecknock, cansados pero contentos de haber resuelto el error. Elegimos entonces cruzarnos a la costa de enfrente sobre isla Brecknock.

"Allá hay una carpa debe ser de la alemana" (Fernando)

Efectivamente al frente en Basket estaba el campamento de Freya, vimos a la distancia una carpa de color roja y algo blanco que sería su kayak. Lo miramos desde lejos,  nadie tenía el ánimo de cruzar a saludar a la solitaria kayakista, ya que estábamos cansados, a ella no le gustaba recibir visitas y nuestra barrera del idioma no nos hubiese permitido una comunicación efectiva, así que seguimos con nuestro rumbo que sería la costa oriental de la isla Brecnock.
Aquí hicimos un lindo campamento, había vestigios de que lo usaban los pescadores artesanales en épocas de faenas. Ese día hicimos un total de 43 kilómetros, hasta el momento era lo máximo viajado en todo el trayecto.

 Isla Brecknock
Campamento de pescadores usurpado

Costó dejar el lugar, hace rato no teníamos la suerte de acampar en un sitio agradable, pero estábamos tan embalados con lo efectuado el día anterior, que queríamos seguir en esa racha. Una vez desarmado el campamento nos subimos a nuestros kayaks y salimos con dirección a bahía Desolada. 

 Con el correr de las horas atravesar esta bahía se transformó en una navegación un tanto tediosa. No parecía terminar más, nos pasamos el día cruzando islas tras islas, hasta que cansados ya tarde terminamos buscando lugar para pernoctar en isla Hide. El lugar no era de los más lindos, nos pegaba de lleno el viento pero ya no teníamos alternativas, éste sería el lugar de descanso del día once; con una colonia de cormoranes muy ruidosos sobre unos acantilados. 

 Isla Smoke vista desde isla Hide


Al otro día, la misma rutina de desayunar siempre en una de las carpas y empezar muy tranquilos a levantar el campamento, cargar los kayaks, y moverlos de a uno hasta el agua.

Canal Ballenero

Arrancábamos remando muy suave hasta calentar el cuerpo, en este tramo de la travesía habíamos trazado una ruta siempre pegada a la línea de costa, pero rompimos con el derrotero y le apuntamos directamente a la isla del Medio. Un cruce tranquilo hasta llegar a la isla, después se levantaría el viento que nos acompañaría toda la jornada. Cuando llegamos a isla del Medio estábamos todos un poco agotados por el frío, hicimos una parada breve que no duró diez minutos y seguimos viaje. Quedarse un tiempo sin moverse hacía que el frío se hiciera sentir más agudamente.

Breve descanso en isla del Medio

El cruce de isla del Medio a la entrada del canal Pomar fue de muchísimo viento lo que provocó que el canal Ballenero se llenara de corderitos. Viajábamos muy rápido, mi kayak se cruzaba todo el tiempo, el timón servía de poco.
El fondo plano del Kodiak no era de los mejores diseños para este tipo de navegación, nos perdíamos entre las olas, entramos al canal Pomar despedidos por ese viento. A medida que nos acercábamos el oleaje se hacía más importante, producto de una zona baja que hay en el ingreso del Pomar. También fue como una especie de laberinto, ya que hay una serie de islas y rocas que hacen dificultoso dar bien con este canal. 
Una vez ingresados la calma volvió, ya estábamos resguardados del viento.

Canal Pomar
Ya en el Pomar recorrimos unos kilómetros más y empezamos a seleccionar el próximo acampe. No pasó mucho de esto cuando ya estábamos desembarcados en la isla O´Brien , la tarde nos regalaría un hermoso arco iris.



Ya se percibía en el ambiente la ansiedad de llegar a Timbales. Ahí se encuentra la Alcaldía de Mar o Puerto. Había gente, hace trece días no veíamos otras caras que no sean las nuestras.

 Todos los días nos comunicábamos con Moni via mensajes o llamada desde el satelital para que nos pase el pronóstico y para darle nuestras novedades. Ella debía informar a la Armada de Chile sobre nuestro estado diariamente. Esta comunicación era importantísima, era nuestra conexión con el mundo que habíamos dejado atrás. Ayudaba mucho saber tanto de ellos como ellos de nosotros. Fue en O´Brien cuando Moni nos dijo que estábamos siendo esperados por la familia que estaba apostada en este control del ingreso occidental del canal de Beagle.

Por la ansiedad que provocó esta noticia, al otro día entramos al agua temprano esperando llegar pronto a Timbales. No sabíamos muy bien su ubicación, suponíamos que estaba dentro de la isla más grande del grupo Timbales. Por ello dentro del canal Pomar intentamos tomar contacto con ellos vía VHF pero no tuvimos respuesta, así que seguimos hacia el este buscando cada tanto nuevamente esa comunicación.


  • "Atento Timbales para kayaks." (Marcelo)


  • "Aquí Timbales, al canal 14 por favor." (José)


  • "Buenos días me podrían dar su ubicación." (Marcelo)


  • "Si como no, pasando seno Ventisquero al frente de Timbal grande." (José)


  • "Se encuentra sobre Tierra del Fuego?." (Marcelo)


  • Afirmativo, sobre Tierra del Fuego. (José)

Todos pegamos unos terribles gritos, lo más parecido a un sapucai. No teníamos que ir en busca de ningún islote, nos mantendríamos sobre la costa norte, y llegaríamos a una casa con calefacción para secar ropa. Quizás hasta nos permitirían pegarnos un baño y, soñando un poco más, un suculento plato de comida !!

Estábamos a una hora del "paraíso", era grande nuestra alegría. Esto significaba también entrar a nuestro Beagle, ya estábamos más cerca de nuestros hogares, sólo 180 kilómetros nos separaban de Ushuaia.

Ya con Timbales a la vista se nos acercó un velero Neozelandés. Les extrañaba ver kayaks navegando por esa zona, nos saludamos muy amablemente y seguimos nuestro rumbo.



TIMBALES


Llegamos a la Alcaldía de Mar de Timbales, fuimos recibidos muy bien en el muelle por José, las primeras palabras fueron de él; de que nos estaban esperando y que sabían de nosotros diariamente. 

Migraciones a Navarino, no hay alternativas


 Yo, después del saludo y de haber subido nuestros kayaks en el muelle le pregunté:

Ahí tenemos los papelitos de migraciones, te los damos ahora?

Y el me contestó que debía haber un error, ya que el no tenía la facultad de actuar como PDI  (Policía de Investigaciones) y que debíamos hacer este trámite de salida del país en Puerto Navarino!

Nos miramos entre todos y no podíamos creer lo que nos estaban comunicando. Suponiamos que sólo nos quedaban unos días para llegar a casa, y esto implicaba que nos debíamos desviar antes de llegar a mar argentino y cruzar 18 kilómetros de canal Beagle para llegar a isla Navarino. 
No estaba en los planes de nadie, no habíamos programado nuestro viaje así, era un cruce peligroso y sin sentido para nosotros, la noticia no había caído nada bien en el grupo.

Ahí nomás llamé a Moni y le conté esta situación para pedirle si podía interferir con la gente de Punta Arenas, probablemente entendimos mal o no nos supimos hacer entender. La realidad era que no podíamos evitar de ninguna manera hacer la salida del país chileno en Navarino,  la isla que se encuentra enfrente de Ushuaia.

Ahora quedaba ver como lo haríamos, existían dos alternativas, hacer el cruce desde punta Yámana que era el lugar más angosto del canal, con la contra de que si había viento nos daría de lleno sobre el margen de la isla Hoste. Y después nos quedaría atravesar la entrada al canal Murray, que cuando se pone feo se complica demasiado...

 Pero bueno ya habría tiempo para definir,  ahora ya estábamos al tanto de que nuestros planes habían sido cambiados por temas estrictamente migratorios.




 La otra sorpresa que nos tenía Timbales, era mucho más grata. Esta familia integrada por José, Nancy y sus dos hijos Nacho y Matías,  nos estaban esperando con un almuerzo. Carne de cerdo tipo estofado con unos fideos, esto era una delicia, no sabíamos por qué este recibimiento tan cálido, pero nos limitamos a preguntar y nos dedicamos a saborear esa comida sentados en una mesa.




Después del almuerzo vino la invitación a pegarnos una ducha, no lo podíamos creer. Una ducha era un lujo en esta travesía.

Así que fuimos pasando de a uno por el baño, se sentía muy bien oler a limpio. Después a tomar la merienda con pan casero. Y para terminar con el combo que nos tenían preparado en Timbales, dormimos en la casa.
Esto mejor no podría haber estado. No sabíamos cómo agradecer semejante hospitalidad.
Esto nos levantó muchísimo el ánimo, veníamos con las defensas un poco bajas de tanto luchar con las inclemencias adversas.

Al otro día se despertó la familia completa a despedirnos, Javi subió a uno de los chicos a su kayak para dar una vueltita, y Fernando como no encontraba más forma de agradecer se tiró un roll para que los chicos vean de qué se trataba la técnica.

Despedirnos de ellos fue muy emocionante, esta gente se había brindado muchísimo con nosotros, fue la caricia justa que nos hacía falta en este trayecto del viaje.
Cada uno partió en su kayak, separados y emocionados por encontrarnos con semejante gesto de calidad humana.


Marcelo 4ta. parte




3 comentarios:

  1. Marcelo lejos es lo mejor que he leido de una travesía, buenas fotos, relatos descarnados sin tapujos ni palabras bonitas de salón...felicitaciones amigo!!
    No creas que estoy haciendo lobby (adulando) por el asado que vamos a comer en tu casa!!
    abrazo

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    1. Muchas gracias Kiko, es todo un halago tu comentario, tuviste mucho que ver en este viaje amigo

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  2. Muy bueno Marce lo comparto en el Face, y otra, Si Kiko va al asado yo tambien.

    Javier Siede

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